domingo, 27 de enero de 2019

Casa de Perales


El núcleo de pastizales donde se asienta la Casa del marqués de Perales, fueron dados primeramente a la orden del Temple y posteriormente a la de Alcántara, pasando plenamente al monarca de Castilla en 1494, imponiendo la denominación de Real Dehesa de la Serena, constituyendo una inmensa cantidad de pastos, de una gran calidad, que sería vendida hacía 1744, pasando a manos de las grandes fortunas del momento, entre ellos el marqués de Perales, que junto al del Escorial, fueron los grandes compradores. 

Esta Casa de Perales situada en la finca denominada Quintovaca se localiza entre los ríos Guadiana y su afluente Zújar, de ahí que en algún momento haya sido denominada "Casa Entrerríos". 

Delante de ella pasa el Camino Real, que puede identificarse con un tramo de la calzada romana que unía Mérida con Toledo y que, a su vez, está relacionado con una extensa red de vías pecuarias, entre las que destaca la Cañada Real Leonesa Oriental y el Cordel Serrano.

Este es un impresionante complejo arquitectónico mandado construir por el marqués de Perales en la segunda mitad del siglo XVIII, está ubicado en un sitio dominante con amplia visibilidad desde donde controlaba la antigua Real Dehesa de la Serena, de la que llegó a ser el más poderoso terrateniente.

La casa data de 1781, gracias a un epígrafe labrado en el dintel de la puerta principal, la construcción se puede dividir en varias partes, según las estancias o las labores realizadas. La estructura del complejo sigue una estructura bastante alargada y rectangular que está organizada mediante la existencia de varios patios interiores. 

En un principio eran cuatro los patios en torno a los cuales se sitúan las distintas dependencias, pero actualmente solo se conservan tres, ya que la zona que se encontraba en la zona oriental ha sido actualmente demolida.

El edificio se orienta hacia el sur en cuanto a la fachada principal, así siguiendo un orden de este a oeste, podemos ver cómo en la parte hoy demolida, se encontraba el almacén y gallinero en el patio interior, a éste daba el pajar y otros lugares para guardar los aperos de labranza.

La segunda zona, siguiendo el orden de este a oeste, estaba ocupada por las estancias dedicadas a las labores específicas del servicio de todo el complejo –lavandería, horno de pan, viviendas del personal…-. Esta parte tiene acceso directo a través de una gran puerta, donde se accede al zaguán y al patio organizador de esta zona.

Las habitaciones más destacadas están en la parte central de todo el complejo, donde se encuentra la gran vivienda de los dueños. A ésta se accede por la puerta principal de la fachada, flanqueada por sendos bancos de piedra, que al igual que la Casa Grande del Bercial (Helechal), siguen el estilo imperio, de esa puerta se pasa a un zaguán, que da a un patio central desde el que se accede a las habitaciones de los marqueses. 

El sistema de distribución es muy regular, con dos salas de estar (una de ellas con chimenea francesa), un gran salón, dormitorios y baños. A este mismo patio da la cocina y la vivienda del mayoral.

Al lado de la puerta principal, se encuentra la puerta de acceso a la ermita, a través de una gran portada de granito cegada. Los propietarios accedían a ella, a través del zaguán. 

La portada está decorada con el escudo de armas del marqués de Perales del Rio, esculpido en piedra. Remata la construcción en el exterior una espadaña, con pequeños pináculos, la cruz de la orden de Alcántara y la linterna de la bóveda.

Dentro, nos encontramos con un edificio de planta cuadrada, decorado por un retablo de tres calles policromado, presidido por la escultura de "El buen pastor". La cubierta es una bóveda de media naranja sobre pechinas, rematada por una linterna de lenguaje clasicista.

En la parte más occidental, se encuentran las viviendas de la servidumbre y personas dedicadas al cuidado del ganado. Allí están las caballerizas y otras dependencias para albergar animales, así como el lugar donde esquilar todo el rebaño de la cabaña.

Este cortijo estuvo en pleno uso hasta mediados de la década de los años sesenta del siglo XX, fecha en la que entró en declive.
Aunque algunas partes no están demasiado dañadas la zona del servicio se encuentra remozada por el uso que se le sigue haciendo-, sí hay estancias que presentan un aspecto bastante decadente sobre todo las zonas que corresponden a la estancia de la familia del marqués. Incluso una zona, parte oriental, ya mencionada, ha sido derruida recientemente.

La parte correspondiente a la estancia del marqués de Perales, se encuentra abandonada, aunque no se aprecian grandes derrumbes, las ventanas abiertas y el poco cuidado de esta zona, hace que tengan un aspecto de abandono.

En los últimos años, para paliar el deterioro, se realizó, por parte del actual dueño de la finca, el cambio de todas las cubiertas.

El abandono en el que se ha visto inmerso este gran complejo ha propiciado el derrumbe de alguna de sus partes, aunque debido a que los tejados de toda la edificación, han sido cambiados, y hacen que el edifico no tenga un riesgo inminente de derrumbe o pérdida de alguna de sus estancias, sí es cierto que el abandono de las diferentes estancias es palpable, haciendo que de no llevar un cerramiento de ventanas, y consolidación de los muros, las labores de cambio de tejado no habrán servido de mucho.

Texto y fotografías recogidas de: http://www.listarojadelaserena.es/casa_de_perales.html

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Un pequeño reportaje sobre
 la Casa de Perales 

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Galería de imágenes 































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